Hace mil que no escribo. Últimamente venia esquivándole a mis ganas de palabrear lo que siento. Será porque a veces no le encuentro palabras a los sentimientos y me superan las cosas que me pasan. Sucesos que van más allá de la razón, del entendimiento terrenal, de lo material, de lo ordinario. El día a día me sorprende y alucina, me envuelve en emociones más que intensas. Cada momento es único y estoy siendo consciente de eso.
Pero a veces, me distraigo, me entontezco, me enloquezco. Y después de acontecer momentos de total estupidez humana me redescubro y vuelvo en mi. Asimilé que son necesarios esos momentos oscuros para apreciar lo verdadero, para reconfortarme nuevamente en la luz. Revelo que amo con todo mí ser, que no importa más que eso, que de eso vengo, a eso voy. El amor me libera, me enciende, me da la fuerza para llegar a las almas que me necesitan. Aunque a veces parezca lo contrario, el amor es lo más poderoso en el universo. Aunque algunos quieran creer que no existe, bien en el fondo saben que es su esencia.
Y es así como doy pasos firmes, mirando al frente, me levanto de los tropezones, se vienen las buenas rachas, el entorno cambia de a poco. Develo lo auténtico: mi ser. Yo decido como vivir esta vida. Y ya elegí vivir en el sendero que mi creador me dio, porque él si sabe lo que necesito, porque cree en mí y porque habita en mí.
Om namo bhagavate vasudevaya
"Hágase tu voluntad y no la mía; no me des lo que yo quiero, sino lo que yo necesito. Yo me entrego a la Verdad. Yo invoco y me rindo a lo Divino".
